El proceso del grupo o comunidad juvenil.
El grupo o comunidad juvenil, según la Pastoral Juvenil, vive varios procesos. Estos deben ser planeados de manera que los movimientos generen crecimiento en la vida del grupo y de las personas. La planificación del grupo siempre parte de la dinámica de la vida interna de los participantes, con sus problemas, desde su entorno de vida, tomando como referencia la vida de los jóvenes. Los pasos que deben adoptarse para la planificación de la vida del grupo nos piden dejar de lado las respuestas que ya tenemos listas, lo mismo los deseos institucionales para continuar o perpetuarse en la juventud, para vivir la aventura de la escucha de los sujetos en el grupo. Cada discurso de los participantes son “gritos”, “clamores”, “recados”, que ocultan necesidades que son vitales para la vida de estos sujetos. Las respuestas que se darán, desde la planificación, siempre se basan en un discernimiento de la escucha, las necesidades vitales de la vida de los jóvenes (CAPyM n. 568).
En nuestra diócesis un lugar privilegiado es el grupo de confirmaciones, que da paso al nacimiento de un nuevo grupo juvenil (evitando que se agreguen al anterior, sino que lleven sus preparación adecuada a su edad como adolescentes o integrarlos a un grupo de su edad).
En la Provincia Eclesiástica de Chihuahua la Pastoral juvenil ha pensado organizar tres niveles de grupos de acuerdo a su edad, para lograr la homogeneidad de los participantes.
Adolescentes 13-17 años
Jóvenes 18-22 años
Jóvenes adultos 23-35 años
Metodología. Semanal, integrando a nuevos, pero respetando los diferentes procesos (Iniciar la oración y alabanza juntos, luego dividirse en uno o dos niveles de catequesis y concluir con la Eucaristía participando en ella o un momento de oración).